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INOLVIDABLE TARDE EN EL COSO DEL PINO


El Juli cuajó una de sus mejores faenas ante uno de esos toros que será muy difícil que vuelva a salir a un ruedo. Por bravo y encastado. Por humillador y enclasado. ‘Jorguín’ y El Juli, por los siglos. Si cuatro y rabo simbólico fueron para el madrileño, Roca Rey se llevó tres y otra Puerta Grande. No se quiere quedar atrás ni en el patio de su casa. Zalduendo volvió a echar una corrida excepcional excepto en el lote de Morante que tuvo que regalar el sobrero para redimirse.

El Juli firmó ante el excepcional quinto una de las faenas de su vida. No es fácil esta conjunción toro y torero. ‘Jorguín’ tuvo humillación, clase, motor y fondo. Bravo y encastado. Así, El Juli fue capaz de explotar todas estas cualidades en una faena de una magnitud cumbre. Siempre a más, las embestidas fueron in crecendo como el compromiso de cada muletazo de Juli. Más despacio, más abajo. Los tendidos vivieron la faena en pie cuando comenzó la petición de indulto. El presidente tuvo la sensibilidad precisa de un momento inigualable y sacó el pañuelo naranja.

El segundo tuvo gran clase y quiso tomar los vuelos del capote por abajo. El Juli lo exprimió en un saludo a la verónica de categoría. Con esas virtudes, el de Zalduendo fue a más en su embestida humillada y emocionante. El madrileño toreó muy despacio y con el estaquillador a la altura del albero. Hubo intensidad. El Juli exprimió al bravo segundo. Estocada arriba. Dos orejas y gran ovación para el toro.

Era el turno de Roca Rey que, en principio, iba a terminar con el festejo. No sabía aún que Morante iba a levantar el dedo para pedir el sobrero. El sexto fue otro toro extraordinario. De una humillación, un recorrido y una prontitud de nota. El peruano toreó largo, pisando un terreno comprometido, apostando. También se lo pasó muy, muy cerca. Mató de un espadazo y recogió las dos orejas.

Faltaba la guinda de Morante que tuvo que irse hasta el séptimo lugar del festejo para redimirse. Toreó con empaque y profundidad a la verónica. Los olés, ya roncos después de una intensa tarde, volvieron a aparecer en un tendido que seguro volverá a la plaza. Tuvo genio este ‘regalo’ pero Morante lo toreó con una precisión mágica. Tuvo inspiración la faena que fue la guinda a una tarde inolvidable. Oreja.

Tuvo clase el tercero. Roca Rey lo saludó con empaque a la verónica para rematar con una buena media. El peruano toreó con la muleta con gran ajuste y limpieza ante las boyantes embestidas del ‘zalduendo’. Además hubo despaciosidad y mano baja. Pinchó antes de agarrar un buen espadazo lo que dejó todo en una oreja.

Morante toreó muy despacio, con mucho gusto y cuidado al primero. Si fueron suaves las verónicas para cuidar al primero de Zalduendo, mucho más aún fue un excelente inicio a media altura. La faena tuvo gusto y temple. Los naturales, de nota. Mató de una estocada. Hubo petición. Pero el presidente no quiso y todo quedó en una ovación.

El cuarto le dio pocas opciones a Morante. Se movió con la cara alta con medias arrancadas. El sevillano le aplicó la suavidad para dominarlo pero todo era violencia por parte de su oponente.

Crónica de Mundotoro


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